E-1 Gavilán (hydra-technologies.com) |
En México,
a pesar de su cercanía con los Estados Unidos, lo que podría traducirse en un
intercambio vigoroso tecnológico, su industria aeronáutica ha desarrollado
hasta el momento solamente modelos de aviones no tripulados (UAV, por sus siglas en inglés) dirigidos tanto al mercado civil como
militar.
La
empresa Hidra Technologies ha logrado poner a punto dos aeronaves que ya han conseguido
mediano éxito tanto dentro de la Fuerza Aérea Mexicana, como en los cielos de
Estados Unidos, Colombia, y la lejana Georgia.
Su aeronave no tripulada más sencilla, recibió la denominación de E-1 Gavilán. Este modelo puede ser
lanzado manualmente, lo que garantiza su despliegue en cualquier teatro de
operaciones o zona a vigilar, por muy intrincada que sea. Tiene una autonomía
de vuelo de hora y media, con capacidad de nocturna. Su operación es por
demás sencilla, ya que solamente necesita una sola persona.
Otra
de las características del Gavilán,
es que su motor es eléctrico y el peso total de la aeronave ronda apenas los 5
kilogramos. Su radio de operación abarca una extensión de 10 kilómetros y puede
realizar vuelos hasta una altura máxima de 2500 metros. Despliega cámaras de
alta resolución y sensores infrarrojos del tipo flir.
Viento divino
El S4 Ehécatl (dios
azteca del viento) es una especie de hermano mayor del Gavilán. Tiene características aerodinámicas y de vuelo más
complejas. Por ejemplo, su motor es a pistón, y por sus dimensiones y peso
necesita de una pista de despegue y aterrizaje, para garantizar su
operatividad.
Su
autonomía ronda las ocho horas, con capacidad de vuelo nocturno. Es
controlado por un grupo de tres personas, desde un vehículo acondicionado como
centro de mando y control.
El
S4 Ehécatl, realizó su primer vuelo en el año 2006. Algo
importante, es que puede realizar una transmisión de datos en tiempo real,
tanto a elementos en tierra, como a aeronaves de detección electrónica del tipo
Embraer 145 AEW y Grumman E-2 Hawkeye.
Su velocidad máxima es de unos 160 km/h,
aproximadamente; mientras que su altitud de vuelo ronda los cinco mil
metros. Su envergadura es de 3,7 metros, con un peso máximo de despegue de 55
kilogramos, incluyendo 9 kilos de carga útil, llámese cámaras y equipos especializados
de detección.
La
Fuerza Aérea Mexicana ha adquirido hasta el momento 8 UAV Ehécatl, mientras que Colombia compró un ejemplar para labores
de vigilancia contra el narcotráfico y la guerrilla. Otro aparato fue destinado
por los Estados Unidos a labores ecológicas en el estrecho de Bering, para poder
definir una ruta a los buques petroleros y que estos no choquen con las ballenas
que hacen vida en ese sector. Georgia utiliza su Ehécatl para garantizar que ningún barco incursione dentro de su
zona económica exclusiva en el Mar Negro.
Tanto
el Gavilán, como el Ehécatl tienen entre sus principales
misiones las operaciones contra el narcotráfico, resguardo de zonas
fronterizas, monitoreo ecológico y de eventos con grandes concentraciones de
personas, como manifestaciones o actos de tipo cultural y deportivo.
En
estos proyectos han participado, además del gobierno mexicano, instituciones
educativas y científicas como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
(Conacyt), el Instituto Politécnico Nacional, y la Universidad Autónoma de
Guadalajara.
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