lunes, 17 de junio de 2013

Industria Aeronáutica en Latinoamérica (4)



E-1 Gavilán (hydra-technologies.com)
En México, a pesar de su cercanía con los Estados Unidos, lo que podría traducirse en un intercambio vigoroso tecnológico, su industria aeronáutica ha desarrollado hasta el momento solamente modelos de aviones no tripulados (UAV, por sus siglas en inglés) dirigidos tanto al mercado civil como militar.
La empresa Hidra Technologies ha logrado poner a punto dos aeronaves que ya han conseguido mediano éxito tanto dentro de la Fuerza Aérea Mexicana, como en los cielos de Estados Unidos, Colombia, y la lejana Georgia.
Su aeronave no tripulada más sencilla, recibió la denominación de E-1 Gavilán. Este modelo puede ser lanzado manualmente, lo que garantiza su despliegue en cualquier teatro de operaciones o zona a vigilar, por muy intrincada que sea. Tiene una autonomía de vuelo de hora y media, con capacidad de nocturna. Su operación es por demás sencilla, ya que solamente necesita una sola persona.
Otra de las características del Gavilán, es que su motor es eléctrico y el peso total de la aeronave ronda apenas los 5 kilogramos. Su radio de operación abarca una extensión de 10 kilómetros y puede realizar vuelos hasta una altura máxima de 2500 metros. Despliega cámaras de alta resolución y sensores infrarrojos del tipo flir.

Viento divino
 
S4 Ehécatl (hydra-technologies.com)
El S4 Ehécatl (dios azteca del viento) es una especie de hermano mayor del Gavilán. Tiene características aerodinámicas y de vuelo más complejas. Por ejemplo, su motor es a pistón, y por sus dimensiones y peso necesita de una pista de despegue y aterrizaje, para garantizar su operatividad.
Su autonomía ronda las ocho horas, con capacidad de vuelo nocturno. Es controlado por un grupo de tres personas, desde un vehículo acondicionado como centro de mando y control.
El S4 Ehécatl, realizó su primer vuelo en el año 2006. Algo importante, es que puede realizar una transmisión de datos en tiempo real, tanto a elementos en tierra, como a aeronaves de detección electrónica del tipo Embraer 145 AEW y Grumman E-2 Hawkeye.
Su velocidad máxima es de unos 160 km/h, aproximadamente; mientras que su altitud de vuelo ronda los cinco mil metros. Su envergadura es de 3,7 metros, con un peso máximo de despegue de 55 kilogramos, incluyendo 9 kilos de carga útil, llámese cámaras y equipos especializados de detección.
La Fuerza Aérea Mexicana ha adquirido hasta el momento 8 UAV Ehécatl, mientras que Colombia compró un ejemplar para labores de vigilancia contra el narcotráfico y la guerrilla. Otro aparato fue destinado por los Estados Unidos a labores ecológicas en el estrecho de Bering, para poder definir una ruta a los buques petroleros y que estos no choquen con las ballenas que hacen vida en ese sector. Georgia utiliza su Ehécatl para garantizar que ningún barco incursione dentro de su zona económica exclusiva en el Mar Negro.
Tanto el Gavilán, como el Ehécatl tienen entre sus principales misiones las operaciones contra el narcotráfico, resguardo de zonas fronterizas, monitoreo ecológico y de eventos con grandes concentraciones de personas, como manifestaciones o actos de tipo cultural y deportivo.
En estos proyectos han participado, además del gobierno mexicano, instituciones educativas y científicas como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el Instituto Politécnico Nacional, y la Universidad Autónoma de Guadalajara.

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