La
industria aeronáutica latinoamericana está en creciente expansión. Con pasos que
parecerían microscópicos ante grandes empresas como Boeing, Airbus o Lockheed,
pero –en fin- avances dentro del sistema regional americano.
Brasil
y Argentina llevan la ventaja por mucho. Fabrican y venden aviones. Así de
simple. Luego siguen Chile y ahora Colombia, que se ha integrado con aeronaves
sencillas, tanto de entrenamiento primario, como de carga. Naciones como
Venezuela, tienen amplia experiencia en el mantenimiento mayor de aviones
civiles y militares, pero todavía le falta el próximo escalón: tener su propia
industria de fabricación de aeronaves.
Próximamente
se abrirá una nueva arista dentro de este mercado: el de los aviones no
tripulados o drones. Ya sea con diseños propios o con kits de versiones
suministradas por otras compañías. Y En América Latina, este mercado es
incipiente, ya que tiene múltiples problemas en el área de la lucha contra el
narcotráfico; o como en el caso de Colombia, conflictos armados con la guerrilla
y los paramilitares.
Trueno en Chile
La
Empresa Nacional de Aeronáutica de Chile (ENAER) ha logrado poner a punto un
entrenador primario: el T-35 Pillán (trueno en mapuche). Ha tenido buena
acogida dentro del mercado iberoamericano de aeronaves con ventas que superan
las 134 unidades. Está volando en el Ejército del Aire de España (41 aviones),
el Servicio Aéreo Nacional de Panamá (7), las Fuerzas Aéreas de Paraguay (10),
El Salvador (5), Guatemala (4), República Dominicana (5), la Armada del Ecuador
(14), y, por supuesto, en la Fuerza Aérea de Chile (33).
El
pasado mes de marzo, fue recibido un nuevo T-35, a la espera de otras cinco
unidades que están siendo ensambladas, las cuales contarán con aviónica y motor
mejorados. El comandante en jefe de la Fuerza Aérea Chilena, general Jorge
Rojas Ávila, afirmó durante la entrega de la aeronave que este paso “permite
una revitalización de ENAER y además, ayuda a la Fuerza Aérea a renovar parte
de la flota de aviones de instrucción, lo cual hace que la Institución pueda
proyectar la vida Pillán por lo menos hasta el año 2025. El nuevo aparato
cubrirá las pérdidas sufridas en los 28 años de operaciones de los Pillán en
Chile”.
Por otra
parte, se tiene previsto agregar un visor infrarrojo (FLIR por sus siglas en
ingles) para que el Pillán disponga de capacidad nocturna de vigilancia. Una
versión con un motor turbo de mejores prestaciones, no tuvo compradores y fue
descartada de plano.
Enaer
además participa en la inspección y mantenimiento de todas las aeronaves de la
Fuerza Aérea Chilena, que incluye en su inventario el Lockheed F-16, también
desarrolla partes para diversos aviones de compañías aeronáuticas como Embraer,
de Brasil (modelos ERJ 135/145 y Phenom); Dassault, Francia (Falcon 900/2000) y
EADS, de la Unión Europea (CN 235/295).
www.enaer.cl |
Características generales del T-35 Pillán
- Tripulación: 2 (instructor y estudiante).
- Longitud: 8 m
- Envergadura: 8,8 m
- Superficie alar: 12,6 m2
- Peso vacío: 930,7 kg
- Peso máximo al despegue: 1 438 kg
- Planta motriz: 1 motor de 540 pulgadas cúbicas Avco Lycoming AEIO-540-K1K5, de 300 HP.
- Hélices: 1× tripala Hartzel con velocidad constante.
Rendimiento
- Velocidad máxima operativa: 485 km/h
- Alcance: 1.792 km
- Techo de servicio: 7.570 metros
1 comentario:
No creo que haya avión más sencillo que el Pillán.
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